OBSTRUCCIÓN INTESTINAL EN EL REC
OBSTRUCCIÓN INTESTINAL EN EL RECIÉN NACIDO.
Miguel Paladino, Rodolfo Jara
El factor principal
en el diagnóstico de las Anomalías Congénitas es el pensar en ellas. El retraso
en el diagnóstico conlleva a un retraso en la realización del tratamiento
adecuado. Esto también implica que las condiciones del neonato tampoco serán las
más favorables y por ende se aumenta la morbimortalidad. Existen múltiples
signos y síntomas que pueden alertarnos que estamos ante una patología
quirúrgica neonatal.
Para facilitar su
reconocimiento se han clasificado en 5 grupos sintomáticos:
Tabla No. 1. Anomalías congénitas que
se presentan con dificultad respiratoria
Anillos
vasculares. |
Enfisema Lobar
Congénito. |
Quistes
Broncogénicos |
Atresia de Coanas |
Hernia
Diafragmática. |
Duplicaciones
esofágicas |
Atresia de
Esófago con y sin Fístula Traqueo - esofágica. |
Laringo -
traqueomalacia. |
Linfangiomas, |
Degeneración quística adenomatosa pulmonar.
|
Obstrucción
congénita de las vías aéreas. |
Teratomas y
tumores de mediastino |
Tabla 2. Anomalías congénitas que se
presentan con signos de obstrucción intestinal
Atresia colónica. |
�?leo meconial, tapón meconial |
Perforación intestinal espontánea. |
Atresia y estenosis Duodenal intrínsecas y
extrínsecas. |
Malformación Ano - Rectal. |
Peritonitis meconial. |
Atresia y estenosis yeyunales y ileales. |
Megacolón Congénito o Enfermedad de Hirschsprung. |
Síndrome de Colon Izq. Pequeño. |
Tabla 3. Anomalías congénitas que se
presentan como masas tumorales
Duplicación
Intestinal |
Hepatoblastoma. |
Quiste de Ovario. |
Quiste mesentérico
y Quiste de Epiplón |
Neuroblastoma |
Quiste del
Colédoco. |
Tumor de Wilms, |
Hidronefrosis |
Riñón Poliquístico. |
Tabla 4. Anomalías congénitas con
deformidades visibles
Malformación Ano
Rectal. |
Gastrosquisis. |
Uraco permeable. |
Conducto
onfalomesentérico |
Extrofia vesical. |
Teratoma
sacroccígeo |
Hernia, hidrocele y
criptorquidia |
Higroma quístico |
Onfalocele. |
Tabla 5. Sangrados en el periodo
neonatal
Enterocolitis
Necrotizante. |
Ruptura hepática. |
Ruptura
esplénica. |
Trauma obstétrico |
La mayoría de estas
entidades patológicas requerirán en algún momento ser sometido a una
intervención quirúrgica en el período neonatal ya sea para realizar un
intervención definitiva, paliativa o temporal. Es importante señalar que la
mayoría no son emergencias extremas, por lo cual permiten la estabilización del
paciente antes de realizar el acto quirúrgico, ofreciéndole de esta forma las
mejores condiciones al neonato para un pronóstico favorable.
El anestesiólogo es
un personaje clave en la evolución favorable de estos casos, por lo cual la
importancia de que conozca las diferentes formas de patologías que pueden
presentarse así como su manejo pre y transoperatorio.
FISIOPATOLOG�?A DE LA DETENCIÓN DEL TRANSITO INTESTINAL
La
inhibición de la peristalsis del intestino produce la distensión con acumulación
de líquido y aire, dependiendo de la cantidad de asa comprometidas la
repercusión sobre el estado del paciente. El líquido que se acumula proviene en
primer lugar de su propio contenido, como manifestación de su falta de
absorción, esta distensión a su vez aumento de las secreciones entéricas hasta
poder llegar a duplicar sus valores básales por mecanismos reflejos.
Esto determina un tercer espacio con secuestro de líquidos isotónicos desde el
espacio extracelular que establecerá una deshidratación hipotónica.
Como es de esperar si los aportes no son suficientes se produce un shock
hipovolémico. Ante esta agresión el organismo pone en juego una serie de
mecanismos compensadores que tienden a mantener la homeostasis.
Ante la hipovolemia el organismo aumenta el tenor de catecolaminas y
aldosterona que en gran medida deprimen la motilidad entérica. Se establece
una redistribución de la volemia, donde la arteria mesentérica cede parte
importante de su caudal. Esto significa menor aporte de oxígeno a su territorio,
es decir hipoxia, con su secuencia de acidosis y liberación de sustancias
vasodilatadoras.
Lo
mismo ocurre a nivel renal donde hay una reducción del flujo de perfusión, se
acelera la acidosis metabólica y la oliguria se hace presente.
La
traslación de líquido a los tejidos condicionados por la alteración de la
microcirculación a nivel tisular más la hipovolemia se establece un círculo
vicioso que agrava el shock. La microcirculación del intestino frente a estas
circunstancias presenta estasis circulatoria con secuestro a nivel del sistema
porta, que se manifiesta por hematemesis y melena; por hiperosmolaridad, al
entrar a la célula, que es diluida por el agua extracelular, con edema celular y
estallamiento posterior con el cuadro antedicho. Establecida la acidosis, el
organismo trata de compensar eliminando CO2 por el pulmón, en el caso que nos
ocupa la distensión abdominal con rechazo del diafragma imposibilita la correcta
compensación, sobre todo afecta las bases pulmonares que son las más útiles a
los fines respiratorios.
A
la acidosis metabólica se le suma entonces una acidosis respiratoria. El potasio
se halla aumentado por el intercambio existente a nivel celular con el hidrógeno
como mecanismo compensador de la acidosis.
El
asa distendida dificulta la circulación, el primer afectado es el sector venoso
trayendo isquemia, gangrena, perforación y peritonitis secundariamente.
El
sector linfático drena a la cavidad peritoneal, permitiendo el pasaje de los
gérmenes de la luz entérica a la cavidad peritoneal, generando una peritonitis,
razón por la cual deben administrarse antibióticos en el �?leo.
El
aparato neuromuscular es afectado en su vascularización lo que produce hipoxia y
un deterioro progresivo de la función. A su vez recibe menor aporte de agua,
electrolitos y calorías. Ésta alteración a nivel de los electrolitos y el
disbalance intra-extracelular de potasio y la acidosis, condicionan en los
músculos un estado bioeléctrico de paresia.
El
líquido perdido ya sea por vómitos o tercer espacio constituye un grave
perjuicio del medio interno. El agua arrastra electrolitos. El ocluido pierde
sodio y cloro, más este último en las oclusiones altas y el primero en las
oclusiones bajas. Pierde así mismo potasio que incide en el aparato
neuromuscular como se mencionara antes.
En
los íleos estrangulantes hay también pérdida de proteínas.
La
distensión abdominal predispone junto con las alteraciones del potasio y el
medio interno sobre el ritmo cardíaco apareciendo arritmias que pueden ser
importantes.
La
distensión es un obstáculo mecánico importante para la buena aireación de las
bases pulmonares favoreciendo la aparición de atelectasias con la consiguiente
restricción ventilatoria. Avanzado el shock, la translocación de líquido a
partir de la microcirculación nos lleva al cuadro conocido como pulmón húmedo o
pulmón de shock, empeorando aún más el intercambio ventilatorio.
Resumiendo el ocluido está en condiciones críticas por ser un paciente
deshidratado, desmineralizado, toxémico, infectado, hipóxico, acidótico y
hemoconcentrado.
El
tratamiento del íleo conociendo su fisiopatología es más simple.
Lo
primero debe estar dirigido a descomprimir las asas mediante una adecuada sonda
nasogástrica, reponer líquidos y electrolitos.
El
decúbito tipo fowler de 35 a 45º mejora la excursión diafragmática. El
empleo de antibióticos es importante por la obstrucción linfática que permite el
pasaje de gérmenes a la cavidad peritoneal.
Nunca emprenderemos una anestesia con un paciente en estado de shock, debemos
mejorarlo en un lapso que nos permita aumentar las posibilidades de sobrevida,
pero ¿cuánto tiempo podemos ocupar en esto?. La respuesta debe ser para cada
caso, todo el equipo clínico - quirúrgico debe evaluar al niño y su sereno
juicio y experiencia. No deberá esperarse una compensación total, pues puede
perderse la oportunidad quirúrgica y con él al paciente.
Decidida la intervención nos cabe la responsabilidad a los anestesiólogos de
elegir la técnica anestésica: ¿Usamos inhalatoria?, ¿Endovenosa?, ¿Qué relajante
utilizamos?.
Sin duda esto no es lo importante, sino la táctica anestésica, y ella será dada
por la fisiopatología de la enfermedad.
¿Qué alteraciones respiratorias, circulatorias y metabólicas
tiene el paciente?
Consideramos en primer lugar lo que sucede con la ventilación:
El
obstruido es un hipovolémico y acidótico que condiciona una hiperventilación a
consecuencia de ello, la toma de anestésicos inhalatorios está aumentada, por lo
tanto la inducción se acorta notablemente. Si recordamos el pulmón del ocluido
puede tener atelectasias con presencia de shunts de sangre venosa, esto
determina una menor PO2 en la sangre eyectada por el ventrículo izquierdo.
Ahora veamos que ocurre a nivel circulatorio, tiene un menor volumen minuto por
la hipovolemia. Ésta volemia, influye sobre la concentración del anestésico en
la sangre. Una concentración que en un paciente normovolémico sería normal es
elevada en el hipovolémico. El paciente "chocado" necesita una menor
concentración para llegar al plano deseado.
Hay agentes que producen una marcada depresión respiratoria. La disminución del
gasto cardíaco al reducir la velocidad de circulación pulmonar, acentúa la toma
de anestésicos inhalatorios. Ello va acortar el período de inducción y por lo
tanto va a ser más marcado su efecto sistémico.
La
reducción del gasto cardíaco tiene otras consecuencias al disminuir aún
más la perfusión haciendo lenta la circulación, aumentando la diferencia
arteriovenosa de oxígeno. Ante esta disminución del gasto cardíaco no todos los
órganos se afectan por igual, nos interesa destacar que pasa especialmente con
el corazón y el cerebro. Estos órganos reciben en el ocluido, y en general en
todo hipovolémico, un 40% del volumen sistólico contra 18% más o menos en
normovolémico.
Desde el punto de vista anestésico, significa que la mayor concentración de
anestésico inhalado irá a estos órganos.
De
esto debemos extraer como corolario que los agentes inhalatorios liposolubles
debe ser manejados con cuidado en los pacientes hipovolémicos. El efecto de la
ventilación en la toma de los agentes inhalatorios es exactamente a la inversa
de las variaciones que produce el gasto cardíaco.
Metabolicamente es un deshidratado, con disminución de electrolitos dependiendo
de la altura de la obstrucción, con alteraciones del pH, alcalótico en la
obstrucciones altas, acidótico en la bajas. La corrección del medio interno es
fundamental.
OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
La obstrucción
intestinal en el recién nacido se encuentra dentro de las patologías
quirúrgicas más frecuentes.
En
los estudios prenatales hay que destacar varios elementos que nos orientan al
diagnóstico:
-
El antecedente de polihidramnios es casi habitual;
-
En las punciones de líquido amniótico hay aumento de las
concentraciones de ácidos biliares: 30 a 40 veces por encima de los valores
normales;
-
La ecografía muestra asas intestinales muy distendidas y
mal distribuidas en la cavidad; En algunos casos, como en las atresias de
duodeno la imagen es típica y hace el diagnóstico;
-
Feto de tamaño mayor que el normal para la edad
gestacional.
Es
fundamental la detección precoz, y a tal efecto la radiología es el elemento
auxiliar de mayor importancia. Siempre se debe comenzar por efectuar una
radiografía toracoabdominal de pie. El mejor contraste para visualizar el
intestino es el aire, que en el recién nacido normal llega al recto antes de las
12 horas, pero puede tardar más de 48 horas en el prematuro.
No es necesario, e
incluso es peligroso, efectuar tránsitos con sustancias de contraste. El estudio
radiológico se completa con un colon por enema, con compuestos yodados, buscando
la posición, el tamaño y las posibles oclusiones a este nivel. No se debe dejar
de introducir una sonda nasogástrica antes de realizar la radiografía, para
evitar más distensión y vómitos.
Clínicamente el paciente presenta una tríada sintomática:
Los vómitos son más precoces cuanto más alta es la oclusión y son
biliosos si la misma está por debajo de la ampolla de Vater. Inversamente, la
distensión en mayor cuanto más baja es la oclusión, pudiendo sólo estar
localizada en el estómago si la oclusión es duodenal o pilórica.
Respecto a la falta de deposiciones, es importante recordar que en el recién
nacido puede haber deposiciones residuales, seguida de ausencia total de su
eliminación.
El
dolor abdominal a la palpación es siempre sinónimo de gravedad. Es
característico cuando hay compromiso vascular de un asa y/o en las peritonitis,
pero no es un síntoma de oclusión debido a que, al nacer, el intestino obstruido
está dilatado y adaptado a esta situación.
OCLUSIÓN DUODENAL.
La ecografía muestra asas intestinales muy distendidas y mal
distribuidas en la cavidad; En algunos casos, como en las atresias de duodeno la
imagen es típica y hace el diagnóstico;
Ésta oclusión puede ser intrínseca (atresias, estenosis y diafragmas completos o
incompletos), o extrínseca (vólvulos o bridas congénitas), suelen asociarse a
otras anormalidades. Por ejemplo, 20 o 30% de los pacientes con atresia duodenal
tienen trisomia 21 y estos a su vez presentan lesiones cardíacas, como
comunicación interventricular, interauricular o auriculoventricular.
Las atresias y diafragmas completos de duodeno presentan además de los síntomas
ya descriptos, una imagen radiológica en la placa simple de pie que es
patognomónica y que consiste en la presencia de dos únicas burbujas, una que
corresponde al estómago y otra al duodeno dilatado.
En
las oclusiones extrínsecas, en cambio, específicamente en la malrotación, con
vólvulo sobre el eje del mesenterio, muestran en las radiografías simples una
gran cámara gástrica, pero la burbuja duodenal no es tan importante y a veces
se observa algo de aire por debajo.
ATRESIAS YEYUNOILEALES.
El
diagnóstico sospechado clínicamente se confirma cuando la radiología muestra en
la placa simple la presencia de varios niveles hidroaéreos en hemiabdómen
superior, con falta de aire por debajo.
El
tratamiento indicado como en el caso anterior es el quirúrgico.
En
todos los casos es fundamental la alimentación parenteral hipercalórica en el
postoperatorio, durante el tiempo que demande la restitución del tránsito
intestinal.
ATRESIA ANORRECTAL.
En
el examen del recién nacido (RN) en la sala de partos, la permeabilidad anal es
uno de los aspectos que el neonatólogo no debe pasar por alto.
La
visualización del meconio no es un indicio suficiente, ya que algunas atresias
se acompañan de fístulas perineales, vaginales, etc. por donde puede ser
eliminado el meconio.
En
las atresias anorrectales es esencial determinar:
-
La presencia o no de fístulas;
-
La altura de la atresia y de la ampolla rectal.
La
radiografía se debe obtener no antes de las 24 horas de vida, para dar tiempo a
que el aire llegue al recto.
OTRAS CAUSAS DE OBSTRUCCIÓN INTESTINAL.
�?leo meconial.
Es una forma de oclusión ileal baja producida por el
espesamiento del meconio dentro de su luz, siendo su etiología habitual la
fibrosis quística del páncreas. La dilatación intestinal que provoca este cuadro
obstructivo con frecuencia ocasiona complicaciones mecánicas secundarias, como
atresia, vólvulos, perforaciones intraútero con peritonitis meconiales, etc.
Megacolón aganglionar.
También es causa de oclusión intestinal baja en el período neonatal, debido a la
dificultad de eliminar meconio por una inervación anormal del intestino
terminal.
Esta lesión comienza a nivel del esfínter interno y se extiende en sentido
proximal, en tramos variables. Histológicamente hay ausencia de ganglios en los
plexos de Meisner y Auerbach dentro del segmento afectado.
Hernia inguinal atascada.
En todo cuadro de oclusión intestinal debe examinarse y
palparse cuidadosamente la región inguinal, buscando como causa de la misma el
atascamiento herniario.
Estrategia anestésica
Monitoreo
Se
debe contar con ECG continuo, oxímetro de pulso, presión no invasiva, presión de
la vía aérea, temperatura, y capnografía al menos; siendo esta de gran
importancia para detectar cambios bruscos en la ventilación o en el débito
sanguíneo pulmonar, y además detectar extubaciones accidentales.
La
presión arterial invasiva, aunque no es de rutina, debe utilizarse en casos de
que existan o se prevean grandes alteraciones hemodinámicas, para lo cual es
habitual cateterizar la arteria radial con un catéter número 22 o 24 G, pero
como esto puede ser difícil de lograr puede recurrirse en forma temporal a la
arteria femoral que es de más fácil acceso. Control de diuresis, la cantidad de
orina debe ser entre 0.5 y 2 ml/Kg./hora.
Inducción:
Ésta se realiza más frecuentemente por vía endovenosa, con intubación traqueal
de secuencia rápida. El agente más empleado es el Tiopental sódico, pero también
puede utilizarse midazolam o propofol. Las dosis dependerán del estado
hemodinámico del paciente.
Relajantes neuromusculares:
Succinilcolina, su uso en pediatría es cuestionado. Debido a los
reportes de paro cardíaco en niños luego de su administración, la utilización de
este relajante se reserva para casos puntuales, específicamente para inducciones
rápidas en pacientes con estómago ocupado y relajación de laringoespasmo (dosis
3mg/Kg. IM.)
El
aumento de la presión intragástrica que provoca la Succinilcolina en la
población pediátrica es insignificante. Dosis 0.5 a 2 mg/Kg. E.V.
Pancuronio: Es el relajante muscular de elección por su efecto
vagolítico que permite contrarrestar el reflejo vagotónico desencadenado por la
laringoscopía y la intubación. Provoca un modesto aumento de la frecuencia
cardiaca (10 a 15%) y de la presión arterial en 10-20 mmHg. La dosis es de 0.05
a 0.1 mg/Kg.
Vecuronio: Los niños menores de un año son significativamente más
sensibles a la acción del Vecuronio que los niños mayores de edad; debiendo
considerarse éste como un relajante de acción prolongada en niños menores de un
año de edad. Dosis 0.05 a 0.1 mg/Kg.
Rocuronio: La característica más importante es su rápido comienzo
de acción. Ésta característica permite incluirlo cuando son necesarias rápidas
condiciones de intubación traqueal. Utilizando una dosis de 0.6 mg/Kg. el
bloqueo se alcanza entre los 60 a 90 segundos.
Preferimos no utilizar relajantes que liberen histamina.
Mantenimiento
Este puede realizarse con anestésicos halogenados o con opiáceos más
benzodiacepinas dependiendo del estado hemodinámico del paciente. La utilización
de TIVA la empezamos a realizar en 1988 en pacientes de alto riesgo que estaba
en el preoperatorio y seguían intubados en el postoperatorio. Utilizábamos
Midazolam 0,5 mg/kilo y 10 microgramos/Kg. de fentanilo con Pancuronio 0,1
mg/kilo.
Los requerimientos de anestésicos halogenados son menores en el recién nacido
que al mes de vida, de tal modo que las concentraciones a utilizar deben ser
menores y debe titularse cuidadosamente la tolerancia hemodinámica del paciente
a los efectos depresores de los halogenados. El Sevoflurano o el Isoflurano son
las más utilizados por nosotros combinado con Fentanilo a dosis media 5 a 19
microgramos/Kg.
Es
importante coincidir con los neonatólogos encargados de recibirlo en el
postoperatorio, en que condiciones quieren recibirlo. Pueden preferir que el
paciente les llegue intubado, para permitir la ventilación mecánica y
analgesia con opioides.
Reposición:
El
aporte de volumen presenta algunas peculiaridades en la cirugía de urgencia en
el recién nacido; teniendo en cuenta la formación de un cuadro obstructivo
(íleo), esto implica la detención de la motilidad intestinal normal, que lleva a
una importante alteración de la absorción y excreción de líquidos en el tracto
digestivo. Se suma la inflamación visceral, con la consiguiente alteración
capilar y los cambios en la presión intraluminal durante el estado de lucha
contra la obstrucción intestinal, creándose un tercer espacio de líquido, que
altera el intracelular y el extracelular. (15 ml/Kg./hora)
Con relación a la calidad de los líquidos a administrar: se prefiere la solución
de cloruro de sodio 0.85%; el Ringer lactato es menos utilizado por sé
hipoosmolar (268 mOsm/L). También pueden utilizarse gelatinas, como la
Poligelina.
Con relación al uso de soluciones glucosadas utilizadas frecuentemente, debemos
decir, que producen hiperglucemia con valores cercanos a los 250 mg pudiendo
provocar un estado hiperosmolar, caracterizado por diuresis osmótica,
trastornos hidroelectrolíticos y deshidratación celular. Si el paciente está
recibiendo alimentación parenteral debe seguir recibiendo un flujo de glucosa
para impedir la hipoglucemia de rebote. Es indicado su uso también en
prematuros, hijos de madre diabética y de bajo percentilo.
Las pérdidas sanguíneas deben ser tolerables hasta alcanzar un hematocrito de
25% si el paciente no presenta patología cardiovascular; más allá de este valor
se debe reponer glóbulos rojos. La transfusión para que sea relevante debe ser
de10 ml/Kg. Dosis menores no son relevantes y sólo lograrían un objetivo
indeseable de exponer al paciente al riesgo inherente de una transfusión
sanguínea. En cualquier caso, si el paciente requiere una transfusión es mejor
transfundir un poco más de lo necesario para sobrellevar caídas ulteriores del
hematocrito sin necesidad de utilizar una nueva unidad de glóbulos rojos.
Debiendo manejar en el recién nacido las siguientes variables:
Cuadro 1
Objetivos de la hidratación EN NEONATOS |
Cantidad de orina 0.5 a 2 ml/Kg./hora |
Densidad urinaria 1.005, si la densidad es mayor, significa en
general faltan de líquidos. |
Mantener la tensión arterial cercana a lo normal |
La frecuencia cardiaca cercana a lo normal |
Agentes
inhalatorios: Esos han sido ampliamente usados en recién nacidos y sus
efectos están bien documentados.
Concentración
Alveolar Mínima es baja en el neonato comparado con los lactantes mayores. La
Concentración Alveolar Mínima es también inferior en los prematuros. La
absorción de agentes volátiles dentro de los alvéolos es rápido debido a la gran
ventilación alveolar comparada a la capacidad residual funcional, el gasto
cardiaco alto el cual es dirigido a grupos de tejidos ricos en vasos y el
radio de solubilidad sangre/gas inferior en el neonato. Excreción de agentes
volátiles es similarmente rápido siempre que la función cardiopulmonar no este
deprimida. Hay muy poco metabolismo de Sevoflurano o isoflurano. Agentes
volátiles potentes todos deprimen la ventilación y puede aumentar el riesgo de
apnea. La actividad de músculos intercostales esta deprimida y la ventilación se
convierte exclusivamente diafragmática. Ventilación asistida o controlada debe
ser instituida para todos inclusive en procedimientos cortos.
Ambos halotano e
isoflurano pueden causar una caída en la presión sanguínea pero el mecanismo de
hipotensión es diferente para cada agente.
Halotano causa
depresión miocárdica y bradicardia, ambas conllevan a un gasto cardíaco reducido
(atropina puede prevenir la bradicardia, pero no la depresión ventricular). Solo
bajas concentraciones de halotano debe ser dado a neonatos (especialmente
durante ventilación controlada) y el monitoreo cuidadoso de la presión
sanguínea.
Isoflurano causa
menos depresión miocárdica y la frecuencia cardiaca puede aumentar levemente.
Gasto cardiaco puede ser mantenido si la precarga es mantenida por
administración de líquidos.
Drogas
analgésicas narcóticas: Han sido también ampliamente usadas solas con
oxígeno o como parte de una técnica anestésica balanceada. Fentanil en dosis de
10-12µ/Kg. han demostrado que previenen respuestas cardiovasculares a la
incisión quirúrgica. Dosis suplementarias fueron requeridas después de 60
minutos. Tales dosis producen depresión respiratoria y el paciente debe ser
ventilado u observado cercanamente en el postoperatorio ya que un rebote en los
niveles sanguíneos puede ocurrir. La depuración de fentanil es retardada en
lactantes con presión intra-abdominal aumentada. Aún grandes dosis de drogas
analgésicas narcóticas causan poca o ninguna inestabilidad cardiovascular. Se ha
demostrado que el Fentanil previene hipertensión pulmonar asociado con estrés en
el neonato.5,6,7
Drogas de bloqueo
neuromuscular:
Pueden ser usado en
el neonato pero consideraciones adicionales y precauciones deben ser aplicadas.
Dosis de succinilcolina debe ser aumentadas a 2mg/Kg. debido a un mayor volumen
de distribución. Recuperación de esta droga no es marcadamente retardada a
pesar de niveles inferiores de plasma colinesterasa en el neonato. Los
requerimientos de dosis para drogas de bloqueo neuromuscular no despolarizante
es similar a aquellas de adultos. Esto es debido a los efectos combinados de un
volumen de distribución mayor y una sensibilidad aumentada tal que el bloqueo es
alcanzado a una concentración de plasma menor. La respuesta individual de
relajantes no despolarizantes es más variada en el neonato. Un estimulador
nervioso debe ser usado para estimar dosis repetidas. Recuperación de los
relajantes es impredecible sí el lactante esta hipotermico.
Depuración de drogas
excretadas por el riñón es prolongada debido a la menor tasa de filtración
glomerular. La depuración del vecuronio ha sido demostrada ser más prolongada
debido al relativo mayor volumen de distribución de la droga.
Recordemos:
La mayoría de estas
entidades patológicas requerirán en algún momento ser sometido a una
intervención quirúrgica en el período neonatal ya sea para realizar un
intervención definitiva, paliativa o temporal. Es importante señalar que la
mayoría no son emergencias extremas, por lo cual permiten la estabilización del
paciente antes de realizar el acto quirúrgico, ofreciéndole de esta forma las
mejores condiciones al neonato para un pronóstico favorable.
El anestesiólogo es
un personaje clave en la evolución favorable de estos casos, por lo cual la
importancia de que conozca las diferentes formas de patologías que pueden
presentarse así como su manejo pre y transoperatorio.
La
inhibición de la peristalsis del intestino produce la distensión con acumulación
de líquido y aire, dependiendo de la cantidad de asa comprometidas la
repercusión sobre el estado del paciente. El líquido que se acumula proviene en
primer lugar de su propio contenido, como manifestación de su falta de
absorción, esta distensión a su vez aumento de las secreciones entéricas hasta
poder llegar a duplicar sus valores básales por mecanismos reflejos.
Esto determina un tercer espacio con secuestro de líquidos isotónicos desde el
espacio extracelular que establecerá una deshidratación hipotónica.
El
asa distendida dificulta la circulación, el primer afectado es el sector venoso
trayendo isquemia, gangrena, perforación y peritonitis secundariamente.
El
sector linfático drena a la cavidad peritoneal, permitiendo el pasaje de los
gérmenes de la luz entérica a la cavidad peritoneal, generando una peritonitis,
razón por la cual deben administrarse antibióticos en el �?leo. El aparato
neuromuscular es afectado en su vascularización lo que produce hipoxia y un
deterioro progresivo de la función. A su vez recibe menor aporte de agua,
electrolitos y calorías. Ésta alteración a nivel de los electrolitos y el
disbalance intra-extracelular de potasio y la acidosis, condicionan en los
músculos un estado bioeléctrico de paresia.
El
líquido perdido ya sea por vómitos o tercer espacio constituye un grave
perjuicio del medio interno. En los íleos estrangulantes hay también pérdida de
proteínas.
La
distensión abdominal predispone junto con las alteraciones del potasio y el
medio interno sobre el ritmo cardíaco apareciendo arritmias que pueden ser
importantes.
La
distensión es un obstáculo mecánico importante para la buena aireación de las
bases pulmonares favoreciendo la aparición de atelectasias con la consiguiente
restricción ventilatoria.
El
primer gesto terapéutico debe estar dirigido a descomprimir las asas mediante
una adecuada sonda nasogástrica, reponer líquidos y electrolitos. Nunca
emprenderemos una anestesia con un paciente en estado de shock, debemos
mejorarlo en un lapso que nos permita aumentar las posibilidades de sobrevida.
¿Que sucede con la ventilación:? El obstruido es un hipovolémico y acidótico que
condiciona una hiperventilación a consecuencia de ello, la toma de anestésicos
inhalatorios está aumentada, por lo tanto la inducción de acorta notablemente.
¿Que ocurre a nivel circulatorio? Tiene un menor volumen minuto por la
hipovolemia. Ésta volemia, influye sobre la concentración del anestésico en la
sangre. De esto debemos extraer como corolario que los agentes inhalatorios
liposolubles debe ser manejados con cuidado en los pacientes hipovolémicos. El
efecto de la ventilación en la toma de los agentes inhalatorios es exactamente a
la inversa de las variaciones que produce el gasto cardíaco.
BIBLIOGRAFIAS
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