Los niveles de demencia en el mundo en
desarrollo -y en particular en América
Latina y el Caribe- han sido seriamente
subestimados.
Se pensaba que en las
naciones en desarrollo ocurren solamente el
20% de los casos de la enfermedad.
Pero tal como señala un
estudio publicado en la revista médica The
Lancet, el problema en esta región del mundo
es tan grave como en el mundo desarrollado.
Actualmente se calcula que
hay unas 24 millones de personas viviendo
con demencia en el mundo, y cada año ocurren
4,6 millones de nuevos casos.
Las investigaciones sugerían
que entre 75 y 80% de los casos de la
enfermedad ocurren en el mundo desarrollado.
Pero ahora la nueva
investigación, presentada en la Conferencia
Internacional Sobre la Enfermedad de
Alzheimer que se lleva a cabo en Chicago,
afirma que el problema es mucho más grave de
lo que se cree en los países en desarrollo.
La investigación fue llevada
a cabo con 15.000 personas de más de 65 años
en once países de bajos y medianos ingresos.
Fue realizada por el Grupo
10/66 de Investigación de Demencia, formado
por un equipo internacional de científicos y
coordinado por el Instituto de Psiquiatría
del King´s College de Londres.
"Se encontró que la
prevalencia de demencia y deterioro
cognitivo en América Latina es prácticamente
la misma que la que se ha encontrado en
Europa, Estados Unidos o Japón" dijo a BBC
Ciencia el doctor Raúl Arizaga, investigador
del Grupo 10/66 y presidente del grupo de
investigación de demencias de la Federación
Mundial de Neurología.
Tal como explica el
experto,"la prevalencia de la demencia va de
la mano del envejecimiento poblacional".
"Y de todas las regiones del
mundo Latinoamérica va a ser la que más va a
envejecer en los próximos 50 años, lo cual
lleva de la mano el aumento de la
prevalencia de demencia".
Es por eso, dicen los
autores, que las autoridades de los países
de bajos y medianos ingresos deben revisar
la carga y el impacto que la demencia está
teniendo y tendrá en los próximos años en
sus servicios de salud.
Educación
Se cree que hay varios factores que han
influido a que los estudios anteriores no
hayan logrado identificar una proporción
importante de casos de la enfermedad.
En éstos, está el hecho de
que los familiares del enfermo en países en
desarrollo tienen menos posibilidades de
percibir los síntomas de la enfermedad y de
informar al médico.
"El problema en América
Latina es que hay una falta de conocimiento
y alerta de la población general y la
consulta es tardía o no se hace" dice el
doctor Arizaga.
Muchos familiares creen que
los problemas de memoria con los que empieza
la mayor parte de los enfermos son parte del
proceso normal de envejecimiento y la edad.
Y por lo tanto creen que no
hay preocuparse.
"Y como si esto fuera poco
-agrega el experto- si llegan a consultar al
médico, una gran cantidad de médicos
generales refuerzan esa idea de "no
preocuparse" porque no reconocen los signos
de la enfermedad".
La demencia, y su forma más
común, la enfermedad de Alzheimer, conducen
a discapacidades como pérdida de memoria, lo
que afecta la calidad de vida del paciente y
las personas que lo cuidan.
Por eso es vital, subrayan
los expertos, tener un diagnóstico temprano
para tratar la enfermedad.
Prevención
Tal como señalan los autores, reconocer el
verdadero número de personas que viven con
demencia en el mundo es el primer paso para
poder establecer sistemas adecuados de
salud.
"Necesitamos educación
sociosanitaria de la población -dice Raúl
Arizaga- para que conozca cuales son los
síntomas y cuáles son las cosas que tiene
que preocuparla".
También se necesita
educación médica para que los médicos
generales reconozcan esas síntomas y la
progresión de la enfermedad.
Y lo tercero, y quizás lo
más importante, es concientizar a la
población acerca de los factores de riesgo
de la demencia, como el colesterol, la
hipertensión, el tabaquismo, el
sedentarismo, etc.
"Sabemos que en el Alzheimer
existen factores vasculares que aceleran o
agravan el cuadro de la enfermedad", dice el
neurólogo.
"Por eso es necesario
empezar a combatir esos factores de riesgo
en la edad media de la vida".
"Porque aunque no podemos
combatir los factores genéticos de la
enfermedad, si podemos luchar contra los
factores vasculares", afirma el experto. |